“La
palabra sin la acción es vacía, la acción sin la palabra es ciega, la acción y
la palabra por fuera del espíritu de la comunidad es la muerte”
Para el 16 de julio de 1943 en
el resguardo indígena de Pueblo Nuevo Caldono, en la casa hecha de paredes de
caña, techo de paja y piso de tierra de la humilde familia Nasa (en ese
entonces mal llamado pueblo Paéz) liderada por María Soledad Chocue y Jose
Domingo Ulcue, nacía Álvaro Ulcué Chocué; uno de los líderes más
representativos del pueblo Nasa.
Cuentan algunos relatos que un
día, cuando Álvaro era niño, iba por un camino en horas de la noche cuando
alcanzó a ver a la distancia que venía un animal negro y que posteriormente
identificó como el Mohano; Álvaro, cómo buen Nasa utilizó la medicina
tradicional para que el animal pasara sin hacerle daño; estos encuentros según
algunos mayores son señales de que la persona que lo ve tiene algún don, el de
Álvaro fue el de ser un buen líder.
Álvaro desde muy niño se
interesó por estudiar, pero las condiciones económicas de su familia eran
difíciles, ya que tenía dos hermanos y cuatro hermanas más, y solo lo pudo
hacer a los 11 años cuando ingresó a la Escuela Mixta de Pueblo Nuevo administrada
por las misioneras de la comunidad Madre Laura.
Después de eso Álvaro siguió
una línea de formación católica, pero sin olvidar sus principios como Nasa. Esa
formación culminó el día 10 de Julio de 1973 cuando fue nombrado sacerdote en
la ciudad de Popayán, evento histórico para las comunidades indígenas, ya que
era el primer sacerdote indígena nombrado en el país. Álvaro, ahora Nasa Pal (padre nuestro en nasa yuwe) en agradecimiento con su comunidad, celebró su
primera misa ahí, en la tierra que lo vió nacer, donde se enterró su ombligo,
en Pueblo Nuevo. Entre los años 73 y 77 Fue el sacerdote de Santander de
Quilichao y Bolivar, en el 77 es nombrado en Toribío, Tacueyó y Jambaló.
Álvaro al ser un párroco indígena
siempre mediante sus eucaristías daba a la comunidad mensajes de reflexión,
gran parte de ellos en Naya Yuwe (lengua
materna del pueblo Nasa); decía a la comunidad que era importante organizarse
para defenderse del terrateniente, recuperar las tierras, recuperar la
identidad, hablaba sobre cómo la violencia intrafamiliar de la época era el pan
de cada día y eran las mujeres y los niños los más afectados. También llamaba a
la reflexión de los jóvenes, a que salieran de las chicherías y se proyectaran,
pensaran en el futuro.
De igual manera hacia el
llamado a los líderes, a ser coherentes, a trabajar de la mano de la comunidad,
que no olvidaran los principios cómo indígenas. Y el llamado general era para
que la gente no se sintiera avergonzado de ser indígena, que luchara todos los
días, pero unidos, con metas, con criterios.
Para la época era tradición
que en los bautizos de las comunidades Nasa siempre se buscaran padrinos
blancos terratenientes, parte de la tradición también era que el padrino podía
solicitar trabajo sin pago al ahijado; Álvaro hizo el llamado para que la
comunidad reflexionara sobre prácticas cómo esta.
Nasa pal trazó para la
parroquia de Toribío unas metas:
- Acompañar
al indígena a identificar sus valores y anti-valores, reforzando los primeros y
reorientando lo segundos.
- Motivar
al indígena a salir del alcoholismo propiciado por los blancos para explotarlos
con mayor sutileza.
- Desplazar
a los intermediarios que engañan a los indígenas e impedir de esa manera la
manipulación.
- Despertar
la conciencia del indígena de tal manera que sean ellos mismos los
constructores de su propia historia mediante la toma de sus propias decisiones.
- Desterrar
el paternalismo que inmoviliza y acompleja a quienes lo sufren, haciéndolos
inferiores.
- Hacer
sentir al indígena como responsable directo de la construcción de una Iglesia
nueva, mediante el diálogo y la interacción participativa.
- Recuperar
las tierras de los resguardos, así como su unidad y cultura, patrimonio de los antepasados
y garantía de la apropiación del futuro.
- Incrementar
la auténtica comunidad de amor, ejemplo para los que equívocamente se llaman
‘civilizados’.
Es por eso que las comunidades
indígenas del Norte del Cauca vemos en Álvaro ese guía, ese que dio los pilares
fundamentales para que nos organizáramos en lo que hoy son nuestros siete
planes de vida: Unidad Paéz, Cxha Cxha
Wala, Proyecto Global, Proyecto Nasa, Proyecto Integral, Yuu Lucx y Sath Finxi Kiwe. También trabajo organizando procesos con las
mujeres y lo que hoy en día llamamos “Movimiento Juvenil Álvaro Ulcue Chocue”.
Otro de sus apoyos
fundamentales fue a las entonces llamadas “Recuperaciones de tierras” hoy
llamadas liberación de la madre tierra y que se han hecho en el legítimo
derecho a la defensa del territorio que tenemos las comunidades originarias, en
los mandatos de la ley de origen y derecho mayor, los mandatos de los caciques
y el primer punto de la plataforma de lucha de nuestro Consejo Regional
Indígena del Cauca CRIC.
Apoyar estos procesos le
empezó a traer a Álvaro problemas, los terratenientes y el estado lo empezaron
a ver como una amenaza, empezó su persecución tanto en el territorio, donde fue
víctima de calumnias e injurias por los terratenientes y la misma policía, de
igual manera desde la autoridad eclesiástica.
La comunidad en defensa de
Nasa pal argumentaba que:
Los ricos no nos comprenden en este cambio que hemos iniciado
nosotros y por eso es que lo odian. (...) Esto es lo que causó al párroco un
obstáculo hacia los ricos de esta región y por eso lo rechazan y por eso lo
calumnian que el Padre es comunista, que es subversivo y hasta de asesino lo
tratan, pero es porque no comprenden la luz de Evangelio.
Pero como
históricamente ha ocurrido en el país, las palabras de la comunidad no tuvieron
eco; el estado y el terrateniente obraron como quisieron.
El panorama
para ese entonces no era nada diferente al que vivimos hoy en día, persecución
a los líderes de parte de todos los grupos armados y arremetidas contra la
liberación de la madre tierra.
El 8 de
noviembre del 84 Nasa pal se reunión con el general Oscar Botero en ese
entonces ministro de defensa en la casa cural para aclarar las acusaciones que
se hacían en su contra; al día siguiente 9 de noviembre el ejercitó arrasó con
las viviendas de la comunidad de la recuperación de López Adentro y un día más
tarde “por denunciar la injusticia, lo asesinó el opresor”.
Cuentan los
relatos que minutos antes, al subirse al campero dentro del cual fue
asesinado, había dicho a unos amigos: “me siento como
cansado, falta mucho por hacer… viajar, caminar, trabajar, eso es la vida, pero
el Señor no nos abandona; sigamos trabajando mientras nos dejen trabajar”. Alguien
le preguntó: ¿Padre, cuándo va a volver? Él contestó: “¿Quien puede
saberlo? Este viaje es larguito, pero ustedes sigan trabajando. Eucha”,
que en español, quiere decir “adiós”.
Después de eso se dirigió al
Albergue Santa Inés en Santander de Quilichao, hoy sede de la Fundación
Universitaria de Popayán FUP, ahí los mandaderos del terrateniente y el estado
acabaron con su vida, la sangre de Álvaro se derramó sobre la tierra, aquella
misma a donde hubo de retornar.
Uno de los crímenes que más ha
consternado a nuestra comunidad, fue mucho lo que Álvaro hizo por nosotros,
pero pudimos tenerlo más tiempo; porque solo la tierra nos da la vida, solo
ella debe llamarnos a retornar. Se perdió la Batalla pero no la guerra, hoy 34
años después Álvaro no ha muerto, sus mensajes, su lucha, sus palabras están
sembradas en cada uno de nuestros corazones, continúa liberando desde el otro
espacio.
Los asesinos fueron identificados
como miembros del F-2, Dependencia de la policía encargada de investigación y
espionaje en ese entonces. Desde ahí empezó una lucha jurídica por dar con los
responsables intelectuales y materiales del asesinato de Nasa pal. El testigo
que había del caso fue presionado por organizaciones gubernamentales cómo la
Procuraduría, el DAS y la Policía.
Finalmente, el estado termina
reconociendo la autoría del asesinato de Nasa Pal Álvaro Ulcue Chocue y
dictando algunas precarias medidas para reparar a la comunidad por las
afectaciones causadas.
Pero más que seguir pidiendo
asistencialismos del Gobierno, es necesario que nos evaluemos como Nasas, en
nuestros principios con la madre tierra, en nuestras orientaciones políticas,
en nuestras luchas; ¿de verdad estamos caminando la palabra de Álvaro?
Si bien si lo estamos
haciendo, es necesario reconocer que lo podríamos hacer mejor, recordar sus
enseñanzas, sus luchas, seguir regando corazones con libertad, con armonía,
caminando el territorio, actuando coherentemente.
Hoy muchos jóvenes, mujeres,
mayores y mayoras conocemos la historia de Álvaro, nos reunimos a compartir esa
palabra en espacios como la IV Minga Nacional de Indígenas Estudiantes en
homenaje a Álvaro Ulcue Chocue organizada por jóvenes de todos los cabildos y
organizaciones indígenas universitarias del país; que se está realizando en su
tierra de origen, Pueblo Nuevo Caldono a debatir problemáticas territoriales,
de educación, todo en pro de seguir caminando la palabra de Álvaro.
De igual manera en Toribío,
cuna de su lucha en el “Noveno Encuentro Sociocultural Álvaro Ulcué Chocué”,
donde jóvenes Nasas de todo el norte del Cauca se reúnen a demostrar porque la
palabra de Nasa Pal sigue viva, sigue caminando mediante la lengua, la cultura,
la lucha, la vida.
Esta es una recopilación de frases de Nasa Pal
Álvaro Ulcue Chocue
- El gobierno siempre se pone de parte de los poderosos defendiendo sus intereses, pero los intereses de los pobres los tiene que defender la propia comunidad organizada.
- Invito a los cristianos y a los demás compañeros indígenas para que levantemos nuestra voz de protesta y condenemos estos hechos como contrarios a la Ley de Dios.
- “Que el niño analice, que no trague todo. Enséñeles a leer y no a firmar su propia suerte. Aprender a leer, atreverse a pensar es empezar a luchar. Sólo es libre el que sabe a dónde va”
- “La verdad es que cuando la llaga es ajena no se siente, pero cuando es propia duele mucho”
- “La palabra sin acción es vacía. La acción sin palabra es ciega. La palabra y la acción fuera del espíritu de la comunidad, son la muerte"
- “Si la semilla de trigo cae en tierra y muere, da mucho fruto”
- “A los jóvenes los invito a que piensen fuertemente todos los días sin cansarse. No olvidemos que los paeces siempre vencimos ante los conquistadores y esto nos enorgullece para seguir adelante y no tener miedo a la muerte. Por eso yo invito a que ustedes piensen y que sean valientes. Si son verdaderos paces, deben resaltar este valor donde estén ustedes. Ojalá no les dé pena ser indígenas. Preséntense ustedes como paeces y siempre serán bien recibidos”.
- “La palabra tiene que caminar. Quedarse es debilitar la marcha del pueblo de los pobres. Marchemos unidos”
- “Si he de morir, quisiera que mi cuerpo quedase amasado en la arcilla de los fuertes, como un cemento vivo arrojado por Dios entre las piedras de la Ciudad Nueva”.
Por: Tejido de comunicaciones para la verdad y la vida
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