viernes, 8 de febrero de 2019

El control territorial, un ejercicio de autonomía comunitaria para resistir.

Fotografía: Mabel Qinto


“No estamos solos, no es de un solo cabildo el territorio, aquí está representada la voz de 126 autoridades indígenas,  9 zonas y 11 asociaciones que componen la estructura  del Consejo Regional Indígena del Cauca CRIC”.

Bajo este planteamiento, en el polideportivo del  territorio ancestral de kwet yu´ (Tacueyo), el miércoles 06 de febrero, se dio inicio a la audiencia pública de aplicación de remedio frente a los hechos ocurridos el 04 de febrero; donde un grupo de guardias indígenas que se encontraban en el punto de control territorial de la vereda el Boquerón, límites entre Corinto y Tacueyo fueron agredidos por un grupo armado identificado como disidentes de las FARC. Estos violentaron el puesto de control de la guardia y dispararon indiscriminadamente contra la guardia indígena.

El ejercicio de control territorial no es una “calentura” promovida por las autoridades de turno; estas acciones son un hecho histórico. Podemos  mencionar que en el año 2001 cuando las comunidades sufrimos una fuerte etapa de agresión y de violencia en nuestros territorios indígenas por parte de los grupos armados, la cual se extendió hasta el año 2014, esta fue la forma que  encontramos para seguir resistiendo ante esa difícil situación; afirmó el gobernador del cabildo de Tacueyo.

De igual forma, la autoridad comentó que en el año 2015, 2016 y parte del 2017, parecían tiempos tranquilos, pero esa tranquilidad solo era el reacomodo de la violencia en sus múltiples expresiones: violencia cultural, psicológica y física que solo nos demuestra la cobardía y el desacuerdo de los actores armados con la  paz.

Actualmente vemos transitar al EPL, ELN, disidencias de FARC, los famosos Pelusos y otros grupos armados que finalmente hacen lo mismo. Desafortunadamente la violencia generó el involucramiento de algunos comuneros, causándoles la pérdida de su identidad y su forma de pensar; por esa razón, hoy nos encontramos con comuneros que no quieren volver a pensar en su territorio, que no quieren respetar a sus autoridades, a su familia y creen que la paz se busca portando un fusil o una granada, haciéndole daño a incluso a su propia comunidad.

La problemática que se está generando, es de orden nacional, más de 400 líderes sociales asesinados en el país desde que se firman los acuerdos de paz, es triste ver la estadística que registra el 25 % de los asesinatos de líderes sociales cometidos en los territorios del Cauca.

No es un secreto que los actores armados presentes en los territorios responden a otras visiones incluso desde el gobierno nacional para deslegitimar los procesos en los territorios y de las autoridades indígenas, pero, ¿por qué ese afán de remilitarizar el Cauca?  Porque aquí hay unas condiciones especiales, hay riqueza y fuentes de lucro que atrae la presencia de grupos armados; desconociendo las autoridades indígenas y desdibujando el verdadero fortalecimiento del gobierno propio.

La agresión hacia los pueblos indígenas en Colombia y los sectores sociales se da porque se está gestando un nuevo proceso organizativo fuerte en estas comunidades y otros sectores, generando una fortaleza de cuidado y protección entre nosotros mismos. El CRIC como organización regional, además de ser una de las más fuertes a nivel nacional, es la primera organización indígena conformada en Latinoamérica, y esto nos convierte en la piedra del zapato de los grandes oligarcas del país, nos tildan de indios rebeldes, problemáticos, que están amangualados con el narcotráfico, los grupos armados; pero esto no es cierto, aquí solo hay gente buscando medios para subsistir, para sacar sus sueños adelante.

No hay que desconocer que el modelo de desarrollo nos ha permeado, pero sabemos también que debemos equilibrar esas desarmonías; hoy en nuestros territorios tenemos problemas como: vehículos hurtados, siembra de cultivos de uso ilícito, ingreso de personal externo al territorio, minería ilegal, venta de tierras de resguardo entre otras situaciones; por esa razón venimos fortaleciendo el ejercicio de gobierno propio y el control territorial en las comunidades  indígenas; estas desarmonías nos deja en el centro de la crítica y los señalamientos.

De igual manera, así como el accionar de nuestra comunidad frente al conflicto armado es la aplicación de remedio a grupos armados ilegales, también es el momento de hacer un llamado y generar un dialogo de posicionamiento con el gobierno nacional con respecto a  la fuerzas  militares, porque no podemos seguir siendo testigos silenciosos de lo pasa aquí y en otras zonas del país, ¿cómo es posible que  las bandas delincuenciales pasan por la narices de la fuerza pública?, se realizan los controles militares solo cuando organismos de derechos humanos o autoridades transitan, nos señalan por tener la invasión de cultivos de uso ilícito, pero ¿quién controla los productores de los químicos?, ¿quién controla la comercialización?,  ¿quién controla los grandes comercializadores y cabezas del narcotráfico?

No son precisamente nuestros comuneros indígenas, son personas externas y grandes empresarios, actúan muchas veces con la venia de las estructuras de gobierno; debe quedar claro y es necesario que se genere el reconocimiento y respeto al territorio, pero también se generen oportunidades de vida digna para la comunidad. Puntualizo el gobernador.

La decisión comunitaria en la audiencia de aplicación de remedio fue contundente. 37 “Chxayucze” remedio de Juete para los ocho integrantes del grupo armado que agredieron a la guardia indígena, 13 años de patio prestado a 7 de ellos y 20 años a quien se declaró el comandante del grupo.

Las comunidades reunidas en asambleas territoriales, seguirán actuando con firmeza frente a los causantes de desarmonías y  hechos  que atentan contra la armonía en el territorio, vulnerando el ejercicio legítimo de protección y cuidado de la vida y el territorio como la casa grande de todos los pueblos.


Por: Mabel Quinto
Comunicadora del Pueblo Nasa.

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